El Agua en Lima: Un Tesoro en Riesgo y la Urgente Necesidad de Conservarla

El agua, fuente primordial de vida, abastece a más de un tercio de la población nacional dentro de Lima, siendo indispensable para diversas actividades que aseguran el bienestar de los habitantes, como la agricultura, la ganadería, la industria y, por supuesto, el acceso a los recursos básicos de higiene y alimentación. Sin embargo, pocas veces reflexionamos acerca de la procedencia del agua que llega a nuestros hogares con la simple acción de abrir un grifo.

Fuentes de Agua para Lima

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD), el suministro de agua para Lima proviene principalmente de tres fuentes: los ríos Chillón, Rímac y Lurín, conocidos colectivamente como CHIRILU. Cada uno de estos ríos juega un rol vital en el abastecimiento hídrico de la ciudad. El río Rímac es el más significativo, proporcionando aproximadamente el 69% del agua superficial que recibe la capital. Su caudal desciende desde las alturas de la cordillera de los Andes, alimentado por los deshielos de los glaciares y las lluvias en las partes altas de la cuenca.

Por otro lado, el río Chillón, con un aporte del 20% del agua superficial de Lima, es especialmente relevante durante la temporada de lluvias. No obstante, su vulnerabilidad ha aumentado debido a la urbanización y la deforestación en las zonas cercanas, lo que agrava su riesgo de contaminación. El río Lurín, que se encuentra al sur de Lima, contribuye con un 11% del agua superficial, aunque su función es igualmente crucial, especialmente para el abastecimiento alimentario y la recarga de acuíferos subterráneos.

El Proceso de Captación y Tratamiento

El agua que abastece a Lima no solo proviene de los ríos, sino que es captada desde las partes altas de las cuencas, donde se encuentra en contacto con manantiales y aguas subterráneas. Este proceso comienza en las comunidades rurales ubicadas más allá de la ciudad, donde el recurso hídrico es de vital importancia para sus actividades agrícolas, ganaderas y para la vida diaria de los pobladores. La captación de agua se complementa con un proceso de tratamiento y purificación en plantas especializadas que la hacen apta para el consumo humano.

Desafíos para el Futuro del Agua

Aunque el agua es esencial para la vida y el desarrollo de Lima, nuestras fuentes hídricas enfrentan serios problemas. La contaminación es uno de los mayores desafíos: las aguas residuales, vertidos industriales y desechos sólidos afectan la calidad del agua. Según la Autoridad Nacional del Agua (ANA), existen al menos 1,185 fuentes de contaminación en la Cuenca del Río Rímac. La escasez hídrica también es una preocupación creciente. En 2019, Perú fue identificado como el sexto país con mayor estrés hídrico en América Latina, y en Lima, se prevé que la demanda de agua superará la oferta en los próximos años.

El Cambio Climático: Un Factor Acelerante

El cambio climático se presenta como un enemigo silencioso. Con el derretimiento acelerado de los glaciares de los Andes, las cuencas de nuestros ríos enfrentan una disminución significativa en su caudal. De hecho, datos de la ANA indican que los glaciares peruanos se han reducido en un 40% en las últimas décadas. Este fenómeno, junto con la “ebullición global” que experimenta el planeta, pone en grave riesgo los recursos hídricos en todo el mundo, y Perú no es la excepción.

La Respuesta de la Sociedad: Juntos por el Agua

Ante esta alarmante situación, organizaciones como Aquafondo juegan un papel crucial en la conservación de nuestras fuentes hídricas. Aquafondo trabaja junto a comunidades locales, autoridades y empresas para implementar proyectos de conservación y restauración de infraestructuras que aumenten la disponibilidad hídrica. Además, a través de programas educativos, buscan sensibilizar a la población sobre la importancia de cuidar y proteger nuestros recursos hídricos.

La Responsabilidad Compartida

El proceso de traer el agua hasta nuestros hogares es largo y desafiante. Desde su captación en las zonas rurales, hasta su tratamiento y distribución en la ciudad, cada paso es esencial para garantizar un suministro de agua potable seguro. Sin embargo, este proceso está en peligro debido a la contaminación, la escasez hídrica y el cambio climático. Es imperativo que todos asumamos nuestra responsabilidad en la conservación del agua, comenzando por reducir el consumo, evitar la contaminación, apoyar iniciativas de reforestación y educación ambiental, y respaldar políticas y regulaciones adecuadas.

El agua es un regalo invaluable que la naturaleza nos ofrece, y su protección es una responsabilidad colectiva que debemos asumir para asegurar su disponibilidad para las generaciones futuras.